RECETAS PARA COMER RICO EN CASA
Sí, echamos MUCHO de menos los restaurantes. Salir a comer, quedar para cenar, ponernos guapas y elegir lo que más nos guste de la carta. Hay ganas, pero como no se puede, tampoco queremos renunciar a comer rico. La comida es uno de los pocos placeres que podemos disfrutar a diario. Además cocinar puede ser muy relajante y ayuda a evadirse durante un rato de todo lo demás.
Así que os traemos alguna de las recetas que hemos hecho estos días, en los que tener más tiempo nos ha hecho recuperar algunos hábitos perdidos. Entre ellos, claro está, la cocina.
Antes de nada decir que ni somos chefs, ni queremos serlo y seguro que hay muchas cosas que son poco ortodoxas y se pueden hacer mejor. Pero aquí hemos venido a disfrutar, eh. Así que echa un ojo y adapta las recetas a tu gusto, quita, pon y juega a tu gusto. Nosotras lo hemos hecho primero porque no siempre se tienen todos los ingredientes (y menos ahora) y segundo porque cocinar también es eso, llevarte las cosas a tu terreno.
Antes de nada, no, no necesitas una gofrera para esta receta. Porque si no tienes, puedes hacer la versión tortitas. Eso sí, cuando esto acabe, corre y te compras una porque los gofres caseros son de lo mejorcito para un domingo tarde cualquiera post confinamiento. Estamos en casa y muchas veces nos puede la gula de pensar en meriendas con las amigas. Pues bien, allá vamos.
Mezclamos los ingrendientes secos (harina, sal, levadura y azúcar) e incorporamos los líquidos (huevo batido, extracto de vainilla, leche) y batimos hasta que esté todo bien integrado. Tapamos y dejamos reposar un mínimo de una hora en el frigo.
Lo metemos en la gofrera, lo sacamos y servimos con mascarpone, fresas y azúcar glass espolvoreado. Dale que dale. Consuman con moderación!
Mono de italiano rico? Venga, que nos marcamos un risotto. Ten el caldo calentito a mano. Corta la calabaza en dados y ponlos en la badenja del horno hasta que estén doraditos. Mientras tanto, vamos a haciendo el resto.
Ponemos en la sartén el ajo y cuando empiece a estar dorado ponemos la butifarra a fuego alto, para marcar la carne, cuando esté la sacamos y reservamos para luego. Añadimos a la sartén un poco de aceite y añadimos la zanahoria en juliana y la cebolla bien picadita. Cuando lleve un rato añadimos el arroz, sal y pimienta, removemos y añadimos un chorro de vino blanco. Rehogamos y cuando el vino se haya evaporado empezamos a añadir el caldo. Tenemos el fuego alto hasta que empiece a hacer chup chup y luego bajamos. Vamos removiendo y añadiendo caldo cuando nos lo pida. Cuando nos quede la mitad del caldo añadimos la butifarra. Y seguimos removiendo d vez en cuando e incorporando caldo hasta que el arroz esté al punto. Apagamos el fuego y añadimos la mitad del queso y removemos hasta que esté cremoso. Servimos en el plato y añadimos por encima los dados de calabaza y el resto del queso. Ahora sí que sí, que aproveche!!!
Para esta receta necesitas sobras de algo, de lo que tengas por ahí. Un pollo asado, restos de cocido… Nosotras lo hicimos con las sobras de cordero de navidad que nos pasó nuestra madre (jejeje). La gente veggie puede hacerlo con soja texturizada. Se hace así:
Picamos el ajo, la cayena, y empezamos a sofreír con un chorro de aceite, con las semillas de cilantro también, si las tenemos. Cuando el ajo empiece a dorarse añadimos la cebolla, la zanahoria y el tomate picadito. Pochamos un ratito y añadimos la carne y un buen churro de vino tinto y el fuego alto. Removemos y añadimos las especias al gusto, a nosotras nos gusta bien potente de sabor. Después añadimos un par de cucharadas de tomate triturado y volvemos a remover. Le ponemos el caldo (más o menos dependiendo de lo caldosos que nos gusten los guisos) y cuando haga chup chup bajamos a fuego lento y dejamos que vaya reduciendo y cogiendo gusto unos 15- 20 min. Corregimos de sal si es necesario y lo servimos con el cous cous ya preparado (según las instrucciones del fabricante, no me seais y ponedle un poquito de mantequilla). A comer!
“Sencilla pero sabrosa”, eso pondría esta tortilla en su perfil de Tinder. Lavamos y cortamos en dados pequeños el calabacín. Le echamos sal y lo ponemos a freír con un buen chorro de aceite. No tengáis prisa, que se haga bien. Mientras batimos 3 huevos y le echamos también una pizquita de sal. Cuando el calabacín esté hecho lo retiramos y lo escurrimos (este paso es importante porque si no la tortilla queda acuosa).
Mezclamos los huevos con el calabacín. Con poco aceite y el fuego a tope echamos la mitad de la mezcla en la sartén. Ponemos un puñado de queso rallado en el centro y ponemos por encima la otra mitad de la mezcla. Lo dejamos un minuto o dos y le damos la vuelta. Otro minuto y a zampársela con el queso bien fundidito por dentro. Ya hemos hecho el día.
Si alguien se anima a hacer alguna, que nos etiquete y así lo vemos. Nos hará ilusión!
Abrazo fuerte, chicas.
Cristina Alonso y Cristina Valbuena.