UN POCO DE SELF-CARE PARA 2020
Cosas que tenemos que trabajar con nosotras mismas esta nueva década
Este año hemos decidido cambiar de actitud. Llevamos un tiempo viendo a nuestro alrededor y en nosotras mismas sentimientos, sensaciones y agobios continuos por muchos temas del día a día. Pequeñas y grandes cosas que se nos hacen bola y que en conjunto, pueden afectarnos en nuestra felicidad, salud física y sobre todo mental. Así que hemos decidido empezar el año con un mindfulness para todas. No queremos parecer un libro de autoayuda, solo queremos daros…darnos, el empujón para empezar estos 365 y los siguientes con otra perspectiva, que, si trabajamos poco a poco, cada día, podremos mejorar muchas cosas.
Porque hayamos cambiado de año, porque hayamos cambiado de década, no quiere decir que te levantes una mañana y, por inspiración divina, el mundo haya mutado y con él tu vida y tus problemas. No flipemos, porque los propósitos de año nuevo se esfuman según los sueltas por la boca. Así que, tranquilidad. Marquemos unos objetivos y paso a paso. Seamos conscientes de que las cosas no pasan de hoy para mañana y no tiremos la toalla cuando la impaciencia nos domina.
No nos censuremos a nosotras mismas. Sí, se nos permite cabrearnos cuando nos salga de las narices. Hay un montón de cosas que nos rodean que están fatal. La política, el machismo, tu trabajo, el amor… no sabemos el qué, pero todas seguro tenemos algo que nos pone de una mala leche que flipas. No es bueno ocultar sentimientos y cuando se trata de mala hostia, como nos la guardamos dentro, se multiplica. Hay días que no tienes por qué fingir y punto. Cabréate hermana.
Haciendo una media de edad de todas nuestras lectoras, mas o menos rondáis la década de la treintena (sabemos que hay de otras muchas edades pa´arriba y pa´ abajo eh?). Pues….si después de 30 años en la Tierra, después de 30 años mirándote al espejo y que todo eso que tu paranoica cabeza odia de ti no haya cambiado, quiere decir que igual es el momento de que nos aceptemos tal y como somos de una maldita vez. Es hora de que te hagas amiguita de esa celulitis que tienes, porque va a seguir veraneando contigo en Benidorm. Solo tenemos una vida y deberíamos pasarla mirando nuestras virtudes y no nuestros “defectos” (que la mayoría de las veces están más en nuestra cabeza que en la realidad). A partir de ahora mirémonos al espejo para aceptar cómo somos y fijarnos en nuestras bonitidades. No es fácil, porque un habito de 30 años que es automático no se esfuma de la noche a la mañana. Pero intentémoslo cada día con nosotras, con nuestras amigas, con nuestras madres, hijas, hermanas…Es más fácil si todas nos decimos lo bonitas que somos, sea como sea nuestro body.
La salud mental es algo a lo que no prestamos la suficiente atención. Quizá porque le damos, sin darnos cuenta, prioridad a la salud física. Y el día a día va pasando y hay un montón de cosas que nos van afectando y mermando a nivel psicológico, hasta que un día nos salta la tecla sin avisar. La salud mental es algo que no se puede ver a simple vista cuando nos miramos al espejo. Muchas de las cosas de esta lista están destinadas a que aprendamos a gestionar nuestras emociones y pensamientos respecto a aquello que diariamente nos reconcome y que hacen que estemos mal. Y si necesitas pedir ayuda, pídela. Rompamos el estigma de acudir a profesionales o el qué dirán los demás si se enteran de que vas al psicólogo. Es más común y más necesario de lo que nos pensamos.
Parece que nos han enseñado a ver solo nuestros fracasos y a que los logros pasen desapercibidos mientras nos castigamos por lo que hemos hecho mal. A partir de ahora hagámoslo al revés. Hagamos una lista de todos los goles que hemos metido a nivel personal, profesional, social…etc. Logros grandes y pequeños, porque también parece que tendemos a valorar solo las cosas gordas que nos pasan. Lo mismo vale un “ He conseguido trabajo” que un “ Ayer conseguí hacer una tortilla de patata sin romperla”. El objetivo es llenar la lista de cosas buenas.
Tenemos la sensación de que, cuantos más años vamos sumando, más horas de sueño vamos restando. Así que vamos a tornar esta regla de tres porque nos va a dar un apechusque. ¿Estáis cansadas? Nosotras llegamos al viernes sin energía. Cada vez pasamos más horas en los trabajos, tenemos más cargas en general que hacen que la pila duracel que tenemos en el culo se apague. Así que, si nuestro cuerpo pide siesta, démosle siesta. Vayámonos antes a la cama si podemos. Echemos siesta el finde si podemos. O simplemente descansar en el sofá, todo siiiinnn mirar el mooovil, puede hacer que tanto la cabeza como el cuerpo nos descansen un poquito más. Vivimos con el miedo a perdernos momentos de ocio por quedarnos un finde en casa. Mirad, habéis salido más noches que el camión de la basura, ese bar de moda que todo el mundo está poniendo en Instagram no mola tanto como parecece y os aseguramos que la mitad del universo sube sus fotos de ocio en casa, desde la taza del retrete. Así que larga vida al pijama y a la siesta.
Parece que siempre tenemos que estar disponibles para todo. Para quedar, para ayudar, para trabajar, para hacer favores… el miedo a quedar mal con las personas (incluso con las que te importan un pimiento o te caen mal) hace que se nos haya olvidado que primero vamos nosotras y después los demás. Así rescatemos esta gran palabra, NO, para empezar con nuestras prioridades. ¿Te apetece…? NO, ¿Me ayudas? NO, ¿Te encargas tu de…? NO. Practicar, practicar, practicar. ENE-O. ENE-O. ENE-O. NO.
Lo mismo del punto anterior. Saca una mano y cuenta las personas de tu alrededor que no aportan y con las que interactúas más de lo que crees. Con la otra mano cuenta las personas a las que adoras y a las que les dedicas menos tiempo por lo que sea. Invierte los pesos. Hay personas que nos hacer estar en un bucle de negatividad, de toxicidad. Este tipo de dinámicas apagan nuestra vitalidad, generan estrés y malestar psíquico. Huye de esa maldita peña que te absorbe la energía. A los chismosos, a los envidiosos, a gente autoritaria, a los psicópatas, a los orgullosos, a los mediocres. ¡Tienen veneno, así que chao pescao!
Que la gente piense lo que quiera. Ser o estar perfecta no engloba solo el ámbito físico, también lo personal. No siempre tienes que estar de buen humor, o saber solucionar las cosas, o ir vestida/arreglada como la sociedad espera, o conseguir logros constantemente,o hacer millones de cosas a la vez, o que se te dé bien algo, o, o, o, o… ¡Basta! Dejemos de lado las expectativas que tienen los demás en nosotras y focalicemos en las expectativas que tenemos con nosotras mismas. Mola superarse, pero sin obsesionarse. No te martirices. La gente es un peñazo y que sean los demás “perfectitos”, que nosotras somos muy felices con nuestras imperfecciones.
Estamos constantemente “intentando ser como…” Vamos a ver, la gracia está en que cada una somos únicas, y que tenemos cosas que nos hacen diferentes. Tanto físicamente, como intelectualmente, nuestras habilidades o nuestros defectos. Eso es lo que mola, la variedad, la diferencia, ser el garbanzo negro del bote. La estandarización de los gustos, las modas nos ha convertido en personas cero eclécticas últimamente para todo. Hasta para la comida que comemos. Por ejemplo, si se pone de moda el ramen, todos comiendo ramen. Pues si a ti te mola otra cosa defiéndelo. vivan las albóndigas, por ejemplo. Si eres de otra manera, defiéndelo. Escondernos nos hace muy muy muy infelices.
Al final todo está relacionado. Rodearnos de personas chachis nos hace más felices. Busca inspiración en aquellos que nos aportan y construyen cosas buenas. Personas que nos reconforten, que no nos juzguen, que les gustemos tal y como somos. Las personas positivas nos contagian. Los que te rodean de manera habitual influyen directamente en tu forma de ser y de estar en el mundo, aumentando tu bienestar y la calidad de tu vida en general.
Y por ultimo y la más importante. Vamos a querernos un poquito, parfavar!!!
Cristina Valbuena y Cristina Alonso.