BIG SUR Y LOS ÁNGELES. WEST COAST ROAD TRIP. CAP III.
El tercer y último capítulo de nuestro viaje por la costa oeste de Estados Unidos se ha hecho esperar un poquito, lo sabemos, pero nunca es tarde si la dicha es buena y viene cargadita de tips chulos para disfrutar de algunos de los lugares más impresionantes que hemos visto jamás. Porque recapitulemos, acabamos de irnos de San Francisco con la boca abierta y creemos que nada puede igualar lo que hemos visto hasta ahora, pero amigas, ESTO ES AMÉRICA y como ellos suelen decir… The best is yet to come.
SANTA CRUZ
¿Primera parada? Santa Cruz. Cuánto más nos adentramos en el sur de California más se va pareciendo todo a un escenario de película y claro, gritos desde el coche por cada cartel, gasolinera o diner… PARAAAAA, FOTOOOOOO. Y paramos en la entrada a Santa Cruz para meternos un desayunaco repleto de calorías y después visitar con energía su parque de atracciones junto al mar. Fotogenia máxima en cada rincón, respira y luego… dispara!
MONTERREY Y CARMEL BY THE SEA
Dos paradas obligadas en el descenso son Monterrey y Carmel by the sea. Escenarios típicamente americanos con sus restaurantes de marisco, puertos gigantes y tiendas de cosas grandes o dulces o grandes y dulces. A nosotras nos gustó mucho más Monterrey, aunque no llegamos a cruzarnos a las protagonistas de Big Little Lies.
BIG SUR
Y pilla ventanilla porque lo que viene ahora es uno de esos escenarios que vas a recordar siempre. Nacional 1 bordeando la costa (buena banda sonora, por favor) con nuestro coche y prácticamente solas, el sol cae al oeste y una luz naranja va pillando todas las tonalidades inventadas en el mundo para hacerte llegar un poquito al nirvana. Dos puntos imprescindibles para parar el coche y fliparlo con las vistas:
Bixby Creek Bridge y las McWay Falls… en estas últimas pudimos ver una pedida de mano, momento hincar rodilla y aplausos incluido, todo muy cinematográfico. Bromas aparte, el atardecer más impresionante que han visto (y probablemente verán) nuestros ojos. Cuando el sol se va volvemos a la carretera, hoy toca dormir en San Luis Obispo, no sin antes meter freno de mano en el primer IN&OUT que veas en la carretera para meter burger, patatas y batido entre pecho y espalda, oh yeah.
LOS ÁNGELES
Llegamos al destino final de nuestro viaje. Estamos cansadas de todos los kilómetros acumulados pero la ilusión reaparece en cuanto adivinamos a lo lejos bulevares de palmeras infinitas, hemos llegado a Los Ángeles y nuestra primera parada es…
SANTA MÓNICA
¿En cuántas pelis, series, anuncios… hemos visto este parque de atracciones? ¿Ochocientasmil? MÁS. Qué emoción entrar con el coche entre sus puestos de Hot dogs, algodón de azúcar y manzanas de caramelo. Pega un sol tremendo y desde la montaña rusa se ve toda la playa. Un perrito en Nathan´s y a seguir, que queda mucho por ver.
VENICE BEACH
Skaters, patinadoras en shorts, rubias muy rubias, señores musculados… ahí está Venice cumpliendo expectativas y clichés, tal y como esperábamos pero con 700 guiris como nosotros haciendo fotos a todo. Su paseo marítimo es perfecto para tomar un poké (hay mogollón de puestos de comida healthy) y un helado gigante de fresa. Nos acercamos al bowl para ver a chicas y chicos volar en su patineta, hacemos una foto a su famoso letrero y un baño en el océano, que ya era hora.
DOWNTOWN
Como hay que calcular bien los tiempos para moverse en coche (acepta que lo vas a usar para todo así que trata de desplazarte en las horas de menos atasco posible) nos vamos al hotel cuando Google maps dice que poco jaleo en la carretera, aunque en el fondo estamos deseando que se forme caravana y salir todos a bailar y cantar, LA LA LAND.
Nuestro hotel se encuentra en Downtown y es un hostal súper moderno con habitaciones chulísimas, un señor que te aparca el coche al llegar y una azotea que quita el hipo (piscina, djs molones y cocktails) rodeada de rascacielos. Llegamos al atardecer cuando las luces de los edificios empiezan a encenderse, hay una fiesta de música francesa y un montón de gente guapa se pasea alrededor de la piscina, iluminada y con unicornio. Amigas, ¿hemos muerto y esto es el cielo? Que nos pongan un cocktail Ru Paul para celebrarlo, por favooooor. ¿El nombre? Freehand, de nada.
Cenamos en el Grand Central Market, díficil elegir entre todos sus puestos, pero apetece comida china. Este sitio es un must y no os lo podéis perder para desayunar, comer o cenar… o comprar souvenirs gastro en sus puestos mex.
De vuelta a casa pasamos por antiguos teatros, como Rialto, que ahora es un Urban Out Fitters. Nos da penita, pero por lo menos han conservado su fachada tal cual y claro… FOTO.
Otros lugares que visitamos en la zona:
-Guisados Otla: tacos buenísimos, nunca son demasiados tacos.
-Little Damage: helados raros de colores y mucho azúcar. Nosotras pedimos el de sabor churro, es negro y estaba de muerte, había que hacerlo.
LACMA
Podrías pasar semanas en la ciudad y que no te diese tiempo a verlo todo, como hay que decidir un solo Museo nos vamos al LACMA, en la Miracle Mile. Aquí podemos encontrar arqueología egipcia, griega, romana, pintura europea y una de las colecciones más grandes de arte latinoamericano. Más de 2.000 obras latinoamericanas fueron donadas por Bernard Lewin y su esposa Edith Lewin. Joyita.
WEST HOLLYWOOD
En Melrose Avenue nos encontramos con la tienda donde Micky, la prota de Love, se va de compras con Gus. Una maravilla vintage ordenada, limpia y nada cara. Se llama American Rebel y no vas a salir de allí con las manos vacías.
Después nos acercamos a Pinks Hot Dogs y hacemos un rato de cola para comernos los perritos más famosos de la ciudad. ¿Merece la pena? Son solo unos perritos, pero están muy ricos sí y la experiencia merece la pena.
PASEO DE LA FAMA
Hay que ir, verlo, tomarte un batido en Mels Drive Inn (donde se rodó American Grafitti) y volver a arrancar el coche. ¿En qué dirección? Nosotras nos fuimos directas a Amoeba Music, maravillosa y mítica tienda de discos a la que probablemente le dedicarás muchas horas, así que con calma. Al salir damos un paseo por Sunset Boulevard, nos tomamos un café helado en Groundwork Coffee y nos acercamos al Cementerio de Hollywood para saludar a Dee Dee Ramone.
ECHO PARK Y SILVER LAKE
Territorio hipster por excelencia, repleto de cafés de especialidad, buda bowls y la gente más molona que has visto en tu vida. Paseo por el parque, unas cuantas tiendas vintage, nos encontramos con la gasolinera de Love (gritos de emoción) y encontramos al fin el sitio perfecto para comer: auténtico, buenísimo y sin necesidad de pagar 30 dolares por una tostada de aguacate con aceite de blablablah… El 7 mares es un puesto al lado de la carretera donde sirven el ceviche y los tacos que necesitas, delicioso, sin florituras.
OBSERVATORIO GRIFFITH
Hay que subir a ver atardecer en el observatorio Griffith y pisar por fin el escenario que tantas veces has visto en gran pantalla. Mientras el sol se va poniendo, la ciudad se ilumina y todo parece mágico a pesar de estar rodeado de cientos de personas peleándose por la foto perfecta. Da igual, es una maravilla.
Al bajar elegimos lugar para nuestra última cena en la ciudad y lo tenemos bastante claro, vamos al templo de los bocadillos Philippe (carne de ternera en su jugo con queso). El Philippe’s The original French Dipped Sanwich es uno de esos sitios con solera y serrín en el suelo que te piensas que no existen en Norte América, pero sí. ¿Quién decía que no se podía comer en esta ciudad por menos de 30€? Menos de 10 por persona, bocadillo, ensalada de col y vino tinto incluido. Per-fec-to.
RANDY´S DONUTS
Maletas preparadas y mente intentando protegerse de la bajona de la vuelta. Madre mía, no queremos ni pensarlo, ¿Por qué ha pasado tan rápido? ¿Cómo es posible? De camino al aeropuerto nos permitimos la última dosis de extra de grasa y paramos en Randy´s a por una caja de sus donuts para llevar.
Volveremos, nos has flipado, Los Ángeles.
Cristina Alonso y Cristina Valbuena.