QUISE Y NO PUDE
@levresrouges en la foto que le hizo su amiga @serendipity__forest__swartz en Barcelona.
Se supone que hay unos derechos básicos que están garantizados y por los que ya no hay que pelear, porque ya los conseguimos en su día. Por eso el día 8 nos despertamos con una sonrisa en la cara, porque tocaba (más que nunca) pelear por los que aún están por lograr. El pasado jueves teníamos garantizado nuestro derecho a hacer huelga o a no hacerla, porque no olvidemos que es un derecho (voluntario por definición) y ambas opciones son igual de respetables.
El derecho a huelga está contemplado en la Constitución (28.2) y es un derecho FUNDAMENTAL E IRRENUNCIABLE. Nadie puede ejercer presión sobre ti para que la hagas o no, salvo lo previsto para poder atender los servicio mínimos.
Hasta aquí todo maravilloso, pero la realidad se impone y desde primera hora comienzan a llegarnos mensajes de compañeras frustradas y con rabia por no poder secundar la huelga ese día. Cada una tenía sus motivos y todos nos causaban indignación y más ganas de ir nosotras, a levantar el puño por ellas.
Descubrimos entonces una cuenta de IG que está empezando a denunciar estas situaciones con testimonios personales de distintas mujeres y no podemos evitar poner la lupa sobre ello.
@Quieroynpuedo
surge de un grupo de amigas y compañeras del sector de comunicación que llevan un tiempo observando injusticias en su gremio y que se acentúa a medida que se acerca el 8 de Marzo y muchas de ellas no pueden ejercer sus derechos. Pero en lugar de quedarse calladas deciden dar voz a su situación y a la de otras muchas mujeres.
La intención final es visibilizar el miedo y la coacción en las empresas que, siendo por desgracia habitual en este tipo de situaciones, se ha acentuado por dos factores: la precarización del trabajo tras la crisis y el hecho de tratarse de una huelga de mujeres en un mundo donde la mayoría de los jefes son hombres.
Estas son algunas de las situaciones que exponen en su cuenta de IG:
Y recordad, las que hicimos la huelga no somos unas privilegiadas (sólo faltaba), no perdamos la perspectiva y nos sintamos afortunadas por algo que nos corresponde. Al contrario, indignémonos y luchemos por aquellas a quienes se les ha restringido un derecho fundamental.
Sea como fuere, el pasado jueves hicimos historia y a partir de ahora empezaremos a escribirla juntas.
Cristina Alonso y Cristina Valbuena.
